Te adelantamos que todas estas recomendaciones que te dejamos están al alcance de todo y son de fácil consecución, sólo tienes que pararte y prestar atención a todos los elementos eléctricos que consumen en tus suministros eléctricos.
Somos unos pesados, sí, pero seguro que tú aún sigues lamentándote cuando llegan tus recibos a final de mes y todavía no te has parado a revisar la potencia eléctrica que tienes contratada y así no se ahorra en luz.
Para ahorrar en luz de verdad, siéntate un momento y revisa qué potencia tienes contratada y si realmente necesitas tanta. Recuerda que a mayor potencia mayor precio en la factura de la luz. Baja tu potencia y ahorra en luz.
Si aún no la conoces, la tarifa de discriminación horaria establece dos precios diferentes para la electricidad. Un precio para las horas valle, es decir, durante la noche y otro para las horas punta, durante el día.
Al establecerse dos períodos de contratación, bastaría con cambiar un poco tus hábitos y pasar a las horas valle el máximo consumo de energía posible aprovechando el bajo coste de la electricidad.
Un aparato eléctrico en mal estado puede disparar nuestro consumo y aumentar así la factura final. De este modo, conviene realizar un mantenimiento cada cierto tiempo para poner a punto todos los dispositivos que consumen energía para optimizar su funcionamiento y reducir el gasto que realizan.
También es importante que revises la etiqueta energética de tus aparatos sobre todo si estás pensando en renovar alguno de ellos. Si es así, apuesta por electrodoméstico de la categoría energética A en adelante.
Te recordamos que la etiqueta energética es una forma de medir el consumo que realizan nuestros dispositivos y que está formada por una escala que va desde la letra A hasta la D. Siendo la A muy eficiente energéticamente y la D muy poco.
Está demostrado que la iluminación LED es una buena forma para ahorrar luz en nuestros hogares.
Es la inversión inicial lo que a veces hace que nos replanteemos su instalación, pero la realidad es que este gasto se ve amortizado rápidamente.
Además, la vida útil de una bombilla LED es mucho más larga que la de una bombilla convencional. Están fabricados con un material muy resistente que no requiere de ningún mantenimiento y sobre todo, no contaminante.
De este modo, a la vez que estamos ahorrando energía y dinero en casa, estamos contribuyendo al mantenimiento sostenible del planeta.